Podemos decir que somos afortunados por tener una pluralidad de contenidos. En España, podemos encontrar todo tipo de programas ya sean informativos o de entretenimiento pero planteo ahora una primera cuestión: ¿Cuál es la calidad de esos programas?
Los ejecutivos son la cabeza de todo, los que dan el paso y todos poseen aciertos y desaciertos pero en cuanto los números entran, en muchas ocasiones, la cantidad se pone frente a la calidad.
Una idea común que existe entre la población es que en España predomina la llamada ‘’telebasura’’. Programas como Sálvame o Cazamariposas hacen que se cree una visión general bastante mala a pesar de que estos programas, pertenecen a una cadena en concreto. Otro de los motivos que hace que la gente critique la televisión, es la influencia política en las diferentes cadenas. Por un motivo o por otro mucha gente considera que la televisión que vemos no es la que nos merecemos.
Nadie dice que no puedan existir programas de corazón o ‘’cotilleos’’ sin ningún fin cultural, simplemente con el mero hecho de entretener, pero quizás no a los niveles extremos que tenemos en España.
Decimos que no nos gusta la televisión basura, no consideramos que merezca la pena pero si estos programas siguen es emisión, al final de cuentas, es porque la gente los consume. Un ejemplo muy claro lo tenemos con Sálvame y Telecinco: ¿Cómo es posible que sin formato ninguno esté tantas horas en televisión? Consideramos este programa como tele basura pero atrapa a miles de personas cada día y es digno de admirar el hecho de que consigan estar tantas horas en antena, independientemente del tipo de contenidos que hagan.
En España, a diferencia de otros países, vemos la televisión como una influencia social. Esto es una responsabilidad de las empresas pero en cierto modo también de la gente que lo financia. La cuestión que planteo es ¿se está perdiendo en España parte de esa idea de que la televisión tiene que enseñar?
En EEUU ven la televisión como un simple entretenimiento, un negocio, una manera de ganar dinero más. Aquí consideran que los valores se transmiten en casa, se transmiten en la escuela…
En España tenemos la visión de que la televisión tiene que instruir, tiene que enseñar aparte de entretener. Lo vemos como un predicador.
La televisión entra en nuestras casas y tiene incidencia en las personas. Los programas que había antes cumplían esta idea pero con el paso del tiempo, quizás esta visión esta comenzando a cambiar.
Programas informativos como Noticias Cuatro desaparecen mientras que los realities no dejan de tener más poder.
Como conclusión: existe una idea de que al final del día, nosotros somos los que tenemos el mando. Nosotros somos los que elegimos que contenidos queremos ver. Obviamente las empresas de comunicación tienen una responsabilidad pero los espectadores también la tenemos. Nosotros somos capaces de reconocer la calidad de los programas perfectamente. Y esa idea de que si tenemos la televisión que nos gusta o la que nos ponen es bastante discutible ya que de alguna manera nosotros tenemos ''el poder'' para dar pie a que un programa siga o desaparezca. Coincido con la idea de que en cierto modo la televisión es en parte un reflejo de la sociedad, y remarco que creo que en España sí que existen programas que tienen muy buenos contenidos, además somos un país donde cuidamos mucho nuestros informativos, aunque a veces cometamos pequeños errores, también hay que añadir que tenemos buenos programas de entretenimiento y apostamos por nuevos formatos pero el único fallo es que estamos dominados por los programas ''telebasura'' por la cantidad de horas que tienen de emisión a la semana, aparte de las influencias políticas.
También, no debemos olvidar que el hecho de tener acceso a contenidos a través de internet, contenidos en streaming, que las personas puedan formar partes de estos programas de algunas manera... también ayuda a que, esta denominada ''telebasura'', obtenga más fuerza y sea más vista.
Esto es lo que ‘’mancha’’ la imagen de la televisión española, esto es lo que hace que se cree la idea de mala televisión entre los españoles y que no se valore los buenos contenidos que tenemos.
De nuevo añado, nadie pide que se acabe con este tipo de programas de entretenimiento pero como dice Francine Gálvez, quizás deberíamos reducir el tiempo que le dedicamos en la parrilla a estos programas y ser más consecuentes con los horarios en los que los emitimos.